Pasear por parajes naturales maravillosos y toparte con un teatro romano que mira desde lo alto a todo un espectáculo de sierras y naturaleza no es algo que ocurra todos los días, ni que encuentres es muchos lugares de Europa. Acinipo es un ejemplo más de cómo los romanos tenían buen ojo para elegir enclaves estratégicos donde construir sus ciudades. 

El yacimiento no es solo el teatro, una pasada de por sí, sino que también tiene restos de la villa, muralla y termas.

Pero como muchas pequeñas ciudades romanas, empezó a decaer a lo largo del siglo III d.C., pasando la hegemonía a la vecina ciudad de Arunda (la actual Ronda).

Una curiosidad: en Acinipo se acuñaban monedas, como lo atestigua numerosos hallazgos numismáticos.